ÉTICA, PUNTO DE ENCUENTRO
Entre
dos personas de diferentes culturas que se ven “obligadas” a convivir habrá una
serie de posibles “conflictos” muy diversos. Podrán chocar en cuanto a temas
gastronómicos, culturales, religiosos, etc.
Es
evidente que no en todos los países consideran algunas cosas como derechos,
como dignidad y valores. Hay una gran diversidad en cuanto a estos conceptos en
todos los países del mundo. Por ello, cuando dos personas de diferentes
culturas conviven, emergen una serie de diferencias que pueden derivar en la
falta de respeto, de valoración y consideración de una persona hacia la otra.
El
respeto supondría que ambas partes aceptasen sus culturas, que conviviesen sin
ninguna dificultad. Como todas las personas, podrán estar de acuerdo en mayor o
menor medida, pero esas diferencias son globales, todos tenemos diferencias con
los demás. Aun así, nadie debe tener la obligación de pensar como lo hace otro.
Pero sí que se debe tratar con respeto la opinión de otra persona, sin importar
el lugar de donde venga ni las creencias que posea.
El
respeto hacia otra persona conlleva estrechar una relación con ella. La
confianza es necesaria para la vida en sociedad, pues necesitamos de alguien en
quien poder apoyarnos cuando lo necesitamos. Esta confianza posibilita el poder
compartir con cualquier persona nuestras opiniones, creencias, preferencias o
inquietudes.
Todos
podemos tener diversos credenciales, pero debemos tenerlos estando en concordia
con el resto de las personas. Para poder lograr esto será necesario una base
sólida en cuanto a respeto, empatía y tolerancia se refiere, pues sin estas
cualidades es imposible desarrollar una unidad sobre cómo debemos comportarnos
con los demás. La diversidad cultural no hace más que enriquecer a la población
tanto a nivel de conocimientos como moralmente.
Entre
todos debemos establecer un consenso sobre aquello en lo que se debe basar el
respeto, la tolerancia y todo aquello en cuanto a lo que debería ser una buena
convivencia con el resto de personas. Cada uno puede tener una opinión, y una
sociedad abundante en valores deberá tener una base sobre la que sostener
aquellos conceptos que hay que llevar a cabo para poder aplicarlos a la vida en
el conjunto de la sociedad.
Es
obvio que van a surgir dificultades no sólo a la hora de lograr un consenso
sobre la base que debe tener una sociedad fundada en el respeto, sino que en la
puesta en práctica también surgirán conflictos, pues por el simple hecho de
tener diferentes opiniones chocamos al no querer dar la razón al otro, pensando
que siempre nuestra opinión y nuestras acciones son lo correcto y verdadero.
Aun
con todo, el éxito que se podría llegar a alcanzar sería muy superior al
fracaso que puede ocasionar, ya que el poder llegar a esta meta supondría que
cada persona tendría su propia opinión, la cual debería ser respetada, valorada
y escuchada por todos, sin menospreciar a nadie por tener la idea de que su
opinión no vale por ser diferente a las opiniones del resto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario